La evaluación psicológica es un proceso que permite la planificación de la intervención y posteriormente informa sobre sus resultados. Es decir, es un procedimiento mediante el cual recopilamos información sobre el cliente o paciente a través de diferentes técnicas, con el fin de evaluar su sintomatología, funcionamiento y capacidades. A partir de la evaluación, se toman decisiones sobre el tipo, la secuencia y los objetivos del plan de tratamiento y, más adelante, valorar los cambios producidos durante la intervención.
Hay que tener en cuenta que el proceso de evaluación posee un componente terapéutico muy potente que facilita la comprensión del problema y pone en marcha los recursos necesarios para solucionarlo.
Por otro lado, el diagnóstico lo que pretende es catalogar una enfermedad en función de los diferentes síntomas que presenta el paciente. Nos permite identificar cuál es el problema, a partir de observaciones y datos concretos. Entonces, puede ser que después de una evaluación psicológica no haya diagnóstico si se concluye que no hay enfermedad o trastorno mental.
Es por esto por lo que, aun siendo distintos, diagnóstico y evaluación siempre van unidos, ya que, para realizar un diagnóstico, se debe llevar a cabo una buena evaluación. Cabe no olvidarse que el motivo de consulta no es en sí «el problema» a tratar. La mayoría de las personas acuden a consulta con un motivo claro (sintomatología ansiosa, dificultades laborales, de pareja, estado de ánimo bajo, etc.); sin embargo, el motivo de consulta que se refiere no siempre es el auténtico problema al que hay que hacer frente. En cualquier caso, los objetivos de la terapia se acuerdan mutuamente y se miden para ver tanto su evolución como consecución.
Por todo esto es tan importante hacer una evaluación exhaustiva. La mayor parte del éxito en la consecución de los objetivos de la terapia depende de la colaboración durante la evaluación entre el psicólogo y el cliente/paciente para poner de manifiesto la naturaleza y la causa de los síntomas traídos a consulta.
Existen nueve fases en la evaluación psicológica:
- Recogida de información, especificación de la demanda del problema:
- Detectar la demanda inicial.
- Orientar la sesión para que tanto las conductas problema como los objetivos de la consulta sean operativizados.
- Conocer la historia de la persona (actual y pasada).
- Formulación de hipótesis inicial:
- Analizar cuáles son las variables que se vinculan a la problemática expresada.
- Elegir instrumentos o técnicas que evalúen específicamente los problemas.
- Por cada hipótesis, plantear otra alternativa que sea rival.
- Contrastación de hipótesis:
- Aplicación de las técnicas o instrumentos anteriormente elegidos: son procedimientos de recogida de información con el fin de contrastar las hipótesis formuladas.
- Comunicación de los resultados de la evaluación:
- Informar de los resultados obtenidos: estos resultados han de responder a los objetivos planteados.
- Formulación de hipótesis funcionales relacionadas con el plan de tratamiento:
- Selección de las conductas que se pretenden modificar y establecimiento de un orden de intervención. Después se han de operativizar estas conductas a través de los instrumentos de la fase 2, es decir, las medidas pretratamiento que se han realizado previas a la intervención.
- Seleccionar variables que se sospecha que explican la problemática, es decir, las variables independientes. Estas son las que se pretenden modificar, a la vez que se espera un cambio en las variables dependientes (conductas problema).
- Seleccionar las técnicas de manipulación de las variables explicativas (variables dependientes).
- Realizar un modelo explicativo del caso, en el cual se relacionarán las variables explicativas con las conductas problema.
- Aplicación del tratamiento y recogida de datos de las hipótesis funcionales:
- Planificación o diseño de la intervención terapéutica pertinente.
- Aplicación de la intervención terapéutica: es muy frecuente que se continúe el proceso de evaluación durante el tratamiento, de forma que se puedan evaluar los efectos del tratamiento en tiempo real y decidir si continuar con el diseño anterior o hacer modificaciones del plan de tratamiento. Estas son las medidas intertratamiento.
- Finalización de la intervención.
- Valoración de los resultados:
- Para valorar los resultados, el cambio de las variables dependientes (conductas problema) y de las variables independientes (variables explicativas), se volverá a evaluar con las mismas técnicas o instrumentos que se emplearon en las fases anteriores. Estas son las medidas postratamiento.
- Contrastar las hipótesis.
- Valorar la efectividad de la intervención terapéutica: en ocasiones puede suceder que haya cambios en las conductas problema, pero que las variables explicativas no hayan cambiado. Esto significa que el tratamiento no ha sido efectivo y es posible que haya tenido lugar un efecto placebo.
- Resultados:
- Comunicación de los resultados obtenidos.
- Seguimiento:
- La evaluación no finaliza una vez que se ha conocido si el tratamiento ha sido efectivo. Es importante hacer un seguimiento para que podamos valorar que los cambios sean duraderos y estables a lo largo del tiempo. Por tanto, en un plazo entre tres meses y un año, se podrán reevaluar las conductas problema, realizando una nueva evaluación y contrastando dichos datos con los datos de las medidas pretratamiento y postratamiento.
- Si como resultado viéramos que los cambios no son sólidos y no hay permanencia en el tiempo transcurrido entre la finalización del tratamiento y el seguimiento, sería conveniente volver a formular las hipótesis (volver a la fase 2).
En conclusión, una buena evaluación es tan importante que puede llegar a representar el 80% de la terapia. Ya que esta ayuda a hacer un diagnóstico preciso, demuestra una comprensión integral del cliente/paciente, ayuda a planificar eficientemente el tratamiento y las metas, y ayuda a construir una buena relación terapéutica, otro de los factores más determinantes de una terapia eficaz.
Otros artículos y preguntas frecuentes:
Trastornos emocionales en la población adulta: evaluación y diagnóstico
Los trastornos emocionales en la población adulta abarcan una amplia gama de condiciones que afectan el estado de ánimo, los sentimientos y la capacidad para manejar las emociones. La evaluación y el diagnóstico de estos...
La ansiedad: evaluación y diagnóstico
Mientras que el miedo es una respuesta emocional a una amenaza inminente, real o imaginaria, la ansiedad es una respuesta anticipatoria a una amenaza futura. Aunque ambas respuestas se solapen, también se pueden diferenciar: el...
La depresión: evaluación y diagnóstico
El trastorno depresivo mayor es una de las principales enfermedades más extendidas mundialmente, se estima que 322 millones de personas se ven afectadas y las cifras siguen creciendo. Los trastornos depresivos se caracterizan no siempre...
¿Porqué las sesiones de psicoterapia duran 50-60 minutos?
La duración de las sesiones de psicoterapia, que generalmente se sitúa entre 50 y 60 minutos, se basa en varios factores relacionados con la eficacia del tratamiento, la estructura de la sesión y las necesidades...
¿Realmente funciona la terapia psicológica?
Esta es una pregunta típica que se hace cualquier persona que esté considerando hacer psicoterapia, y que tenga dudas sobre si la terapia psicológica funciona. Además, con el coste que representa, tanto de tiempo, energía...
¿Cuánto tiempo dura una terapia psicológica?
Una pregunta que me hacen muchas personas en la primera consulta es saber cuánto tiempo va a durar o cuando voy a ver resultados y son preguntas muy lógicas. La terapia es un gran compromiso...